24 octubre 2007

Capitulo 4: “Un poco de calma en mi mente”

Llegue a casa corriendo por la lluvia que se avecinaba, eran las doce del mediodía, por el camino había pasado por un restaurante de comidas rápidas y pedí para llevar.

Me senté en la cocina y mientras degustaba mi hamburguesa me pareció oír la voz de la doctora diciendo… “si necesitas un oído llámame”…..

Otra vez la situación me encontró riéndome.

Suena ilógico pero creo que me alegra haberme lastimado.

Al terminar mi almuerzo me dirigí al baño y al ver mi rostro en el espejo repare en mi pelo prolijamente peinado hacia la derecha, como ella lo hacia.

Esta vez no hubo escalofríos, esta vez sentí un vació enorme, como si no hubiera comido nada. Creo que en el fondo esperaba que fuera una alucinación, mire fijamente mi flequillo, creí distinguir sus dedos marcados como zanjas entre mis cabellos, pero creo que eso sí fue una alucinación.

Recordé súbitamente que sus cosas seguían en el piso del cuarto de huéspedes pero cuando pase por la puerta ni siquiera mira la entrada.

Me recosté sobre mi cama y encendí el televisor, ese que tanto odiaba ella, recuerdo que se ponía colorada cada vez que me encontraba tirado en la cama mirando tele, y cada vez que se enojaba me enamoraba mas de ella, se acercaba hacia mi diciéndome que borrara mi entupida sonrisa, pero lo decía de una manera tan tierna que me derretía el corazón y no tenia otro remedio mas que tomarla en mis brazos y besarla.

Cambiaba los canales nerviosamente sin prestar atención a lo transmitido.

Asqueado del aburrimiento o cansado de no encontrar nada que me llame la atención y calme mi pensamiento, apague el aparato y tire el control remoto sobe la cama el cual reboto e impacto contra el suelo.

Me saque el reloj y observe algo que no observaba hace mucho. Detrás del cuerpo del mismo había grabado una leyenda que decía… ¿Qué es el sonido de la palma de la mano?..¡SO!.

SO! Es como llamaba a Sofía. Y esa incógnita tiene mas de tres mil años pero yo le había encontrado una respuesta.

Cuando ella me preguntaba ¿Qué es el sonido de la palma de la mano? Yo respondía que es mi corazón que latía por ella.

Me quede observando el reloj que me regalo para nuestro aniversario de casados, acariciaba sus palabras grabadas y lo deje en la mesita de luz.

Vacié los bolsillos del pantalón y coloque las cosas al lado del reloj reparando atentamente en la tarjeta con la doctora Valeria Salerno….

Valeria!!! Lindo nombre pensaba….y caí en un sueño profundo.

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